lunes, 21 de septiembre de 2009

Hable bien, venda más


"El pez muere por la boca" es una frase común para significar que las palabras, mal utilizadas o expresadas en el momento inadecuado, pueden producir un efecto contrario al que se busca.
Esto sucede porque el lenguaje oral tiene el poder de describir una situación concreta y generar emociones en quien escucha. De ahí que, por ejemplo, cuando a usted le dicen que está lloviendo, inmediatamente piensa en la calle gris con el agua cayendo y le da frío; pero, cuando le dicen que el día está radiante, es posible que tenga que quitarse el saco, por tan sólo pensar en el calorón que estará haciendo.
Exprésese bien.
Según los expertos, el cierre de un negocio puede dañarse cuando palabras tan sencillas como costo , venta o compra se pronuncian en el contexto que no es, pues generan en la mente de los clientes un efecto negativo.
Para la muestra, un botón: cuando un cliente le dice que un producto cualquiera no le salió tan fino como él esperaba, lo peor que le puede decir es que "igual, la gente lo compra" o "eso se vende bien, por algo será". Inmediatamente pensará que a usted poco le importa la calidad del producto, sino su rotación.
Cosa distinta sería si le dijera al mismo cliente algo así como: "este no es tan fino como aquel, pero la gente lo lleva porque es de buena calidad y buen precio" o, "yo lo recomiendo porque, aunque no es tan fino como aquel, tiene calidad aceptable y buen precio".
Igual sucede con la palabra comprar : cuando uno piensa en ella, lo primero que se le viene a la mente es la cantidad de dinero de la cual tendrá que deshacerse para adquirir lo que quiere.
Por eso, cuando ofrezca un producto nuevo, no le diga al cliente: "cómprelo, que es muy bueno"; mejor sugiérale que lo pruebe o lo lleve y pídale que le cuente después qué tal le pareció; en el primer caso sentirá que usted trata de meterle el artículo a como dé lugar, mientras que, en el segundo, sabrá que, de verdad, es un producto novedoso que quizá le guste.
No hable sin pensar.
Otro error del lenguaje oral se da cuando usted habla sin parar y trata de posar de sabelotodo frente a sus clientes. Aunque no lo crea, los expertos consideran que quedarse callado en el momento adecuado también es una forma de expresión que le da al cliente la rele-vancia que él busca.
Si usted escucha, no sólo hace sentir importante a su cliente, sino puede entender de verdad lo que él quiere decirle, mientras que, si no lo hace, no puede generar un contacto con él ni armar una buena conversación.
Igual sucede con los modismos o códigos que maneja el núcleo social en donde está su tienda, que se dan de acuerdo al tipo de personas que viven en el barrio.
Así, por ejemplo, si su tienda está en una zona universitaria o de talleres, mal haría en tratar a los estudiantes o los mecánicos como si no existieran. Al joven le gusta hacer bromas , de ahí que, en este caso, quedarse callado y atenderlo como si fuera un doctor no lo hará sentir cómodo.
Caso contrario sucede en un barrio tradicional , en donde conviven personas de la tercera edad que lo visitan con frecuencia. El decir bromas no es su fuerte, aunque sí esperan que usted les hable con respeto y consideración; o con los padres de familia que llegan con sus pequeños hijos a comprar los dulces que tanto les gusta: en este caso, expresiones fuera de contexto, bromas pesadas o palabras secas jamás serán bienvenidas.
Lo cortés no quita lo valiente.
No por aplicar las normas mínimas de cortesía -aún con clientes difíciles- usted tiene por qué sentirse menos . Todo lo contrario. Sin importar el tipo de persona de la que se trate, nunca debe olvidar que sus vecinos merecen respeto, más porque son quienes le dan sentido a su negocio.
Saludar, escuchar sugerencias, mostrarse limpio y ordenado, atender de buen genio, ser amable por teléfono o manejar precios justos son cualidades que no son negociables para un cliente fiel.
Al pie de la letra.
Si usted aprende a hablar bien , logra una comunicación más directa porque:.
*Identifica más fácilmente qué es lo que realmente quieren los clientes.
*Crea un lenguaje más aterrizado a ellos con el que podrá convencerlos mejor.
*Puede manejar más fácilmente la conversación sin pasarles por encima.
*Se vuelva más convincente para ellos.
*Evita los roces o las peleas porque se entiende mejor con ellos.
*Puede reflexionar más fácilmente acerca de sus fortalezas y sus fallas.
*Hace que se sientan a gusto en su tienda y que, por ende, jamás la cambien por otra.

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